De su tierra afuera
saborea uno la palabra
que pronunciara allá, sin dar cuenta siquiera,
la precisión que la consagra.
¿Dije amigo o conocido?
en esta lengua traicionera,
¿que en ti pensé o que te olvido?,
¿que te tengo o te tendría? (Yo quisiera.)
Siento ando descalzo
sin el verbo que me mueve,
el adjetivo con que ensalzo.
Tampoco puedo ensalzar la blanca nieve…
¿Con ese sonido ajeno-lancinante
quieres arrojarme una maldición?
Quizás el sentido es de buen talante,
incluso lasciva una pretensión.
Ante todo esto yo a veces callo,
y transluzco con un gesto el corazón,
que con un gesto mi intención tallo
mejor que con poca acertada dicción.
saborea uno la palabra
que pronunciara allá, sin dar cuenta siquiera,
la precisión que la consagra.
¿Dije amigo o conocido?
en esta lengua traicionera,
¿que en ti pensé o que te olvido?,
¿que te tengo o te tendría? (Yo quisiera.)
Siento ando descalzo
sin el verbo que me mueve,
el adjetivo con que ensalzo.
Tampoco puedo ensalzar la blanca nieve…
¿Con ese sonido ajeno-lancinante
quieres arrojarme una maldición?
Quizás el sentido es de buen talante,
incluso lasciva una pretensión.
Ante todo esto yo a veces callo,
y transluzco con un gesto el corazón,
que con un gesto mi intención tallo
mejor que con poca acertada dicción.